20 años de su muerte (Rímini, 20 de enero de 1920 – Roma, 31 de octubre de 1993)
Jueves 5 de septiembre 20:30hs
LOS INÚTILES de Federico Fellini
Italia, Francia – 1953 – 102´
En una pequeña localidad costera italiana del Adriático, donde todo el mundo es amable y cortés, sus habitantes se afanan en el trabajo. Pero hay cinco jóvenes que rompen la armonía de la comunidad. Ninguno ha trabajado nunca, y ninguno se avergüenza de ello.
Sinopsis: Allá es un autorretrato documental en el que la cineasta, encerrada en su piso en Tel Aviv, saliendo apenas para comprar cigarrillos o comida, filma los alrededores a través de las ventanas y reflexiona en voz alta sobre acontecimientos, banales y terribles, que suceden durante su estancia en reclusión.
El cofre Exilios, como si fuera un cuaderno de bitácora, permite seguir la evolución del cine de Akerman a través de los viajes que ha realizado en los continentes europeo y americano de 1992 a 2006, “desplegando los temas del exilio, del racismo, y abriendo su cine a las experimentaciones, por entonces, nuevas, de la videoinstalación”, según explica el crítico Cyril Béghin en el libreto que acompaña la edición de las películas. En Del Este, filmada en 16mm, Akerman emprende una travesía por Europa, de Berlín a Moscú, para registrar en diversos planos fijos el nuevo paisaje y el imaginario descompuesto de los países del Este tras la caída del comunismo. El origen judío de Akerman también es un tema perpetuo en sus intereses creativos, que queda reflejado en Allá, donde la cineasta se encierra en un piso en Tel Aviv, y mientras filma su entorno más próximo elabora reflexiones en torno a su identidad, el acto creativo, recuerdos de infancia y la memoria de la exterminación y del exilio. Este filme mantiene ciertas correspondencias con los Diarios (1973-1983) de David Perlov (Re-voir, Francia), otra figura destacada del cine en primera persona.
Quiero que el espectador tenga una experiencia física, para que él o ella sientan el tiempo. Las películas
están hechas para pasar literal y metafóricamente el tiempo. Pero quiero que experimentes el
tiempo de un personaje. Yo no quiero que te vayas sólo a través de una experiencia emocional, sino
también con otro tipo de experiencia, al igual que con la música, que es única porque es puramente
física.
Continuamos con la mirada de una de las más grandes directoras de cine: Chantal Akerman
SUR – de Chantal Akerman (1999)
Sinopsis: En el corazón mismo de este viaje está el asesinato de James Byrd Jr. esta película no es la autopsia de este asesinato, del linchamiento de un negro por tres blancos, sino más bien la manera como este linchamiento se inscribe en un paisaje mental y físico.
«La preocupación central de mis films es la resolución cinemática de mi vida emocional», afirma la cineasta. Para David Oubiña, “los films de Akerman se construyen sobre ese borde en donde la representación casi se confunde con las cosas representadas. El cine confiere una intensidad inesperada a ese desplazamiento entre experiencia y ficción propio del diario íntimo: en la imagen, la distancia entre el gesto literal y la actuación tiende a diluirse. Lo que vemos responde a una trabajada puesta en escena, ya se sabe, pero de todos modos es el cuerpo de Akerman el que aparece en pantalla expuesto hasta la desnudez.”
3/7: Hahaha | 10/7: Tale of Cinema | 17/7: La mujer es el futuro del hombre | 24/7: Noche y día | 31/7: La mujer en la playa
Jueves: TODOS RIERON
4/7: Talladega Nights: La balada de Ricky Bobby de Adam McKay | 11/7: Hot Rod de Akiva Schaffer | 18/7:Detention de Joseph Kahn | 25/7: Una noche en el Roxbury de John Fortenberry | 1/8: Old School de Todd Phillips
Viernes: ESTO NO ES UN CICLO
5/7: Bernie de Richard Linklater |12/7: Room 237 de Rodney Ascher | 19/7: RR de James Benning | 26/7: Restless de Gus van Sant
En el año 2022 una generación entera no conoce las verduras, la lluvia o el color del cielo.
Nueva York, con 40 millones de habitantes es un desierto de humanidad asinada por la indigencia, el smog y la carencia de alimentos sintéticos, provisto por una única corporación.
Representante del pesimismo de la ciencia ficción setentista, Soylent Green elige distanciarse de los viveros espaciales, pesadillas extraterrestres o la inmortalidad psicodelica para desentramar, con los ojos de un detective cuarentón, y su nostálgico colega, el asesinato-excusa para recorrer este falso presente a la víspera del fin del mundo.
Quizá asalte la necesidad de conciliar el relato de Soylent Green con la realidad que habitamos, atacar lo caprichosamente próxima de la fecha de vencimiento del planeta, infantilizar el pesimismo con alguna revelación de la ciencia moderna.
El guión ofrece batalla. Ya pasó el tamiz de Make Room!, Make Room!, novela en la que se basa y puede ser más profundo para trasmitir la asfixia de la urbe, la totalidad de la crisis, lo inevitable del desenlace.
“Rosetta”(1999, Hermanos Dardenne), con Émilie Dequenne, Frabrizio Rongione, Anne Yernaux y Olivier Gourmet – Domingo 23 de junio, 18:30 hs., en Espora 2215 (sede del centro vecinal), con entrada “a la gorra”. Invitan:Comisión de Cultura del Centro Vecinal Rosedal y Videoteca del Mirador.-
En 1977, Raquel Gerber inició una investigación para una película sobre la emancipación de la población negra de Brasil. Tres años más tarde conoció a Beatriz Nascimento quien, en busca de su propia identidad, estaba haciendo una investigación histórica sobre la relación entre las culturas negras de África y Brasil. Ellos decidieron cooperar. El resultado es una película sobre las organizaciones negras y conferencias en los años 1970 y 80, por un lado, y sobre un estudio algo emocional y poético por Beatriz Nascimento de la continuidad cultural del brasileño negro por el otro. Sin embargo, la película es mucho más que esto: es también un intento de arrojar nueva luz sobre la historia de los negros, y así contribuir a la emancipación negra.
El título de la película proviene de la lengua del yoruba, de África Occidental personas. ‘Ori’ significa literalmente la cabeza. Fue utilizado por los yorubas para indicar el inicio de miembro de una tribu en una nueva etapa de la vida. ‘Ori’ también expresa la conciencia en relación con el tiempo, la historia y la memoria. El hilo conductor de la película es ‘quilombos’ la idea. Los quilombos son unidades de guerreros que existían en África durante varios siglos. Ellos se restablecieron en Brasil en el siglo XVII como una manera de resistir la dominación blanca. Nascimento cree que sus ideas ahora puede seguir siendo una fuente de inspiración.
Apropiadamente, la película termina con la celebración del centenario de la abolición de la esclavitud, en noviembre de 1988. Un evento que revivió el debate dentro de la comunidad negro sobre la cuestión de la identidad afro-americana.
Aunque a veces pase desapercibida, la diversidad de la oferta cinematográfica de nuestra ciudad es apabullante: mientras las grandes carteleras se ven copadas por el emblema máximo de una cultura que se pretende global, en el circuito de exhibición alternativo discurren silenciosamente otros cines mucho más valiosos y arriesgados, que incluso pueden llegar a constituir el reverso exacto del paradigma que representa el “Hombre de acero”. Es que los límites entre realidad y ficción suelen ser estrechos: como si hubiera planeado enfrentar utópicamente la llegada de la nueva versión de Superman, en consonancia ideológica y espiritual con los personajes que animan “Ice” (1969), el Cineclub La Quimera ubicado en el Teatro La Luna (Pje. Escuti 915, barrio Güemes) estrenará hoy, en una única función, ésa verdadera joya del cine contestatario estadounidense, perteneciente a uno de sus máximos representantes, Robert Kramer, un maestro olvidado en su propia tierra.
Forjado al calor de los movimientos contraculturales de la década del ´60, Kramer fue un testigo comprometido con su época: estuvo entre los primeros en registrar las consecuencias de la Guerra de Vietnam, filmó el nacimiento, desarrollo y decadencia de los movimientos contraculturales de izquierda norteamericanos, hasta que la terrible derrota que significó la era Reagan lo llevó a exiliarse en Francia, donde siguió su trabajo militante y nómada de captar los acontecimientos importantes del mundo donde fuera que ocurrieran, aunque una visión cada vez más desencantada lo ganaba. Creía que el cine era un modo de intervenir políticamente en su entorno, y por ello sus películas son un testimonio agudo e inclemente de su tiempo: “No podemos separar nuestras funciones de cineasta de las funciones de agitadores políticos”, explicó alguna vez.
Pero su cine no era panfletario ni mucho menos doctrinario, más bien al contrario: Ice fue ya en su época una película inclasificable, tal vez una obra de ciencia ficción secretamente premonitoria, sin dudas una pieza imposible de encuadrar en un discurso que busque un acatamiento uniforme y actrítico a sus dictados. ¿Qué registra Ice? Una fantasía política colectiva sin dudas, expresiva de un tiempo histórico donde se creía que era posible cambiar el mundo, pesadilla para unos o sueño por el que valía la pena jugarse la vida para otros. Nada es cierto ni unívoco en Ice, he allí su fuerza política y su profundo valor evocativo: a través de sus imágenes podemos entender un tiempo completamente ajeno a nuestra cotidianeidad, del que nos separa un abismo cultural y simbólico.
Sus primeras imágenes son hipnóticas: sobre planos generales en picado de la ciudad de Nueva York, mientras escuchamos grabaciones de diferentes voces que leen pronósticos del clima, un texto sobreimpreso nos revela un mensaje del Comité Nacional de Organizaciones Revolucionarias, que alerta a los miembros de un movimiento sobre acuerdos alcanzados con otras fuerzas afines para lanzar una ofensiva en suelo norteamericano. El objetivo, sumar a la “gente blanca” de las ciudades a un plan de lucha armada. El pasaje terminará con un plano en contrapicado del puente de Manhattan y la leyenda “todo el poder para el pueblo”. Estamos ante una ucronía de tintes anarquistas, en la que un Frente de Liberación Mexicano está amenazando al Estado norteamericano desde el sur, y diferentes organizaciones de izquierda del propio Estados Unidos proponen organizarse para lanzar una ofensiva regional como anticipo de otra embestida nacional en primavera. ¿Una de acción sobre la revolución socialista? Bastante lejos, porque lo que propondrá Kramer es más bien a un ensayo documental sobre la vida interna de los grupos que podrían llevar a cabo ésa utopía: siguiendo principalmente a Ted, líder de uno de los colectivos, Kramer realizará una radiografía precisa y lúcida sobre los movimientos de izquierda de fines de los años ´60, un anticipo quizás del destino de los sueños liberadores de entonces. Habrá sí algún operativo coordinado y hasta enfrentamientos, pero lo central de la película pasará por las discusiones colectivas entre los miembros de los diferentes grupos revolucionarios durante la organización de las operaciones (donde se problematiza la idea de la revolución armada, el respaldo popular y la virtualidad de las consignas) y el registro de la experiencia de vida colectiva en un clima de paranoia general, con la entrega y camaradería recíproca, pero también los dilemas que acosan a los protagonistas.
Formalmente virtuosa a pesar de su economía de medios, filmada en un blanco y negro fuertemente granulado propio de los 16 milímetros (sin dudas pariente de John Cassavetes), Ice es como se dijo la puesta en escena de una fantasía colectiva pero inserta en la más cruda realidad: Kramer filma los espacios de Nueva York en planos secuencia que captan la vida pública de su época. También privilegia los planos secuencia en los interiores, donde se desarrolla la ficción propiamente dicha, con el uso de la cámara al hombro y el zoom para llegar a abarcar a todos los personajes en una misma secuencia, elevando la ficción a un grado de realismo radical. Cada tanto, se intercalarán sin aviso nuevos carteles con consignas revolucionarias (alguna combinada con fotografías de marchas y manifestaciones de protesta), que encuadran simbólicamente la acción: “liberación” y “el poder para el pueblo” son las más repetidas. Sueños que a la distancia nos hablan de un mundo que estaba a punto de despertar a su peor pesadilla.
El pujante movimiento cinematográfico local vivirá hoy miércoles un pequeño hito largamente merecido: a las 19, y en el Centro Cultural España Córdoba (Entre Ríos 40), se presentará la primera revista de crítica de cine local de tirada masiva, titulada “Cinéfilo”. El nombre destaca en primer lugar la pasión que une a sus responsables, el amor incondicional al cinematógrafo, pero también refiere al lugar físico que los nuclea, el Cinéfilo Bar (Bv. San Juan 1020, esq. Mariano Moreno), convertido ya en un verdadero faro para los amantes cordobeses del cine, y de cuya entraña surge el equipo que concretará esta empresa que deberá enfrentar grandes riesgos financieros, estéticos y artísticos.
Porque como explica la presentación, la revista (que ya existía como edición de difusión de la programación del cineclub homónimo) ahora se independizará en las actividades de la ciudad, con el objetivo de constituirse en una publicación especializada a la altura de los referentes del género, tanto a nivel nacional como internacional. “La revista se propone acompañar y pensar la actualidad del cine según una agenda doble, que combine los estrenos locales con las novedades presentadas en el circuito internacional de festivales. Descubrir, describir y pensar los movimientos del cine contemporáneo: allí hace foco Cinéfilo”, adelanta la presentación. “Pero en el deseo de detectar, agrupar y pensar las tendencias que resultan más representativas del presente, también interesa volver al pasado en busca de los orígenes y/o antecedentes de los nuevos cines: un ida y vuelta capaz de enriquecer cada obra al enmarcarla en una historia mucho más amplia. Ofrecemos una revista moderna, de contenido exclusivo y de calidad; una revista de culto, de lectura y de colección”, finalizan los responsables de Cinéfilo. Que son ni más ni menos que un grupo de críticos locales que combinan experiencia con pasión y juventud, formado por Martín Álvarez, Martín Emilio Campos, José Fuentes Navarro, Santiago González Cragnolino, Inés Moyano, Leandro Naranjo, Fernando Pujato, Rosendo Ruiz y Ramiro Sonzini.
El primer número, que se presentará hoy, ya es una muestra de las ambiciones de la publicación: además de analizar estrenos tan disímiles como “Tabú”, del portugués Miguel Gomes, “La noche más oscura”, de Kathryn Bigelow, la impactante “The act of killing”, de Joshua Oppenheimer, o “Django sin cadenas”, de Quentin Tarantino; la revista incluye ensayos sobre los “Mundos de ficción” o el género del thriller, una cobertura diaria del último Bafici, entrevistas en profundidad con realizadores como Raúl Perrone y Matías Piñeiro -que abordan sus últimas películas, “P3ND3JO5” y “Viola”, respectivamente-, o verdaderas joyas escondidas como una charla pública con el director brasileño Júlio Bressane o un texto del crítico australiano Adrian Martin sobre la gran película “Jerry and me”. En la era de la realidad virtual, además, la revista apostará a una existencia en papel de alta calidad, con un precio de venta popular, un desafío para nada sencillo.
Diversidad y calidad a fin de abordar ese luminoso objeto del placer y el deseo que es el séptimo arte. Para hacer honor a dicho objetivo, la presentación de la revista incluirá una charla con Fernando Pujato, Roger Koza, José Fuentes Navarro y Martín Alvarez, bajo la moderación de Alejandro Cozza, con la proyección del citado filme “Jerry and me” (Irán/USA, 2012, 38 min.), de Mehrnaz Saeed-Vafa. La cita es el miércoles 12 de junio, a las 19, en el CCEC, con entrada gratuita.
Culloden (Inglaterra, 1964, 69′) + El juego de la guerra (Inglaterra, 1965, 48′) de Peter Watkins
El propósito de “involucrar ‘gente común’ en un estudio extendido de su propia historia” llevó a Peter Watkins a mediados de la década del ’60 a establecer una relación con la BBC que dejó dos obras de notable magnitud: Culloden (1964) y El juego de la guerra (1965). En la primera, un claro paralelismo con lo que sucedía en la guerra de Vietnam, Watkins filma la última batalla librada en tierras británicas, en 1746, a la usanza del periodismo documental moderno. No obstante, su nombre se haría más reconocido con la segunda, un falso documental de ciencia ficción acerca de un ataque nuclear sobre Inglaterra, por el revuelo que se generó al rechazar la BBC su estreno por presión del gobierno inglés. Valiosas tanto formal como conceptualmente, ambas películas, lejos de perder vigencia, se potencian con las experiencias de los años subsiguientes. Martín Emilio Campos
Me parece no es raro tener un desencanto generacional, y decepcionarse, o quizás nunca haber tenido una estima, solo darse cuenta mecánicamente de lo desastroso de la «generación». Pero bueno, lo que une a una generación, ¿Es tan fuerte? Haber nacido en una misma época y haber vivido el mismo tiempo histórico con tu pares, tendría que serlo. Hay cierto lugar de la experiencia que es compartida, pero en realidad no tanto supongo. Digamos los factores sociales, económicos o hasta sensibles (personales) configuran las experiencias (y las formas de esta) así una generación nunca tendrá realmente una gran experiencia conjunta. Además de que el paso del tiempo termina poniendo a cada generación en su lugar «histórico», se diría el mundo tiene que seguir, y entonces sigue el desencanto, por que este surge creo del pensar que algo sería radicalmente distinto. Me parece que lo que une a todas las generaciones…
Muerte por ahorcamiento de Nagisa Oshima (Japón, 1968, 117′)
Muerte por ahorcamiento pertenece a ese sub-genero de películas que transcurren en su totalidad en un solo espacio. Richard Linklater y Chantal Akerman hicieron alguna película de este estilo (Tape y Je, tu, il, elle,respectivamente), con diferentes resultados y apuntando a diferentes temáticas. Aunque ahora que lo pienso, en Je, tu, il, Elle la protagonista que permanecía encerrada en una habitación haciendo cosas raras que no recuerdo muy bien, en un momento salía a la calle, se subía a un camión y se iba de viaje en plan road-movie con un extraño. Esta era la parte que más me había gustado de la película, la sensación que experimentaba esa chica al escapar del encierro y aventurarse en un espacio público, nocturno y desconocido. Y ahora que termino de ver Muerte por ahorcamiento debo decir que a la…