Archive for septiembre 2009

30/9 – CINECLUB CON LOS OJOS ABIERTOS en LA CUMBRE

30 septiembre 2009

LA CUMBRE.: SALA LUIS BERTI, BELGRANO 470

30 de septiembre, a las 20.30hs:

gertrud

Gertrud , de Carl Dreyer (Dinamarca, 1964, 116 min.). Cortometraje previo: Biermann-Film, de Alexander Kluge (Alemania, 1983).

El último film de Carl Dreyer es para mí la más hermosa, conmovedora e inagotable de todas las películas narrativas, pero sin duda no es para todos los gustos. Adaptación de una pieza teatral olvidada de Hjalmar Söderberg, la película se centra en una mujer muy terca y orgullosa (Nina Pens Rode) que en el amor demanda un compromiso total y abandona a su esposo y a un viejo amante por un músico joven al que ella le es relativamente indiferente. Los extensos planos secuencia y el sonido directo (rodada casi en su totalidad en estudio) repiten el lento movimiento de una pieza teatral, y la película merece un lugar, junto con El cuarto mandamientoLola MontesUn tiro en la noche, en el panteón de las películas sobre la memoria como encantamiento. El sentido del film gira, parcialmente, en torno a la incapacidad o el rechazo de comprometerse y lo que eso implica a lo largo de toda una vida. Es una película exquisita, insoportable e inolvidable. Jonathan Rosenbaum

30/9 – VIDEOTECA DEL MIRADOR en CINÉFILO

30 septiembre 2009

21 HS. – CINÉFILO – BV. SAN JUAN 1020, CASI ESQUINA MARIANO MORENO, CÓRDOBA CAPITAL

Ciclo: Algunas notables (y vigentes) de terror: Hay que tener miedo…de perdérselas

in the mouth of madness

En la boca del miedo, de John Carpenter (Estados Unidos, 1995, 95 min.).

SILUETAS QUE RECITAN

30 septiembre 2009

por Ángel Quintana

[Agradecemos profundamente al crítico español Angel Quintana el permiso para publicar este texto que originalmente apareció en el blog de la revista Letras de Cine. Si bien este artículo sobre el cine de Pedro Costa está centrado en Juventud en marcha (2006), plantea una serie de relaciones entre imagen digital y estética cinematográfica que sería justo empezar a pensar a partir de En el cuarto de Vanda (2000), película que La Noche del Cazador proyecta este Viernes 2/10. Cineclubes de Córdoba].

Hace unos meses, con motivo del estreno de Inland Empire de David Lynch, la crítica partidaria del cine de autor decidió llegar a un pacto de alianza con los admiradores del cine fantástico, partidarios del cine de género. Juntos acabaron escribiendo que la película de Lynch era “inquietante y fascinante”. Más allá de la presencia de estos dos adjetivos repetidos hasta la saciedad, los análisis en torno a los elementos de singularidad de la película fueron escasos y las reflexiones sobre sus aportaciones expresivas dentro del panorama del cine contemporáneo brillaron por la ausencia. Inland Empire fascina porque abre las puertas hacia otro cine, pero casi nadie se atreve a especular sobre el modelo concreto de cine al que remite. Inland Empire inquieta porque rompe, en apariencia, con las leyes de la racionalidad y define nuevos caminos de exploración de lo siniestro. Sin embargo, casi nadie reflexiona sobre el verdadero significado que adquiere la travesía que Lynch a través del espejo y del modo como disloca esa idea de imagen-tiempo, que Gilles Deleuze vaticinó como arquetipo de la modernidad cinematográfica. La incapacidad por articular un auténtico discurso crítico en torno a la película ha servido para que se situara dentro de ese extraño muestrario de obras de culto que resultan incomprensibles para los mortales, por que no tienen donde agarrase. Frente a un modelo de cine ante el que los parámetros de análisis tradicionales han resultado obsoletos y ante el que se imponen nuevas formas de pensamiento, es preciso buscar nuevas formas de escritura y reflexión. Inland empire no es una película incomprensible. Lynch cuenta una historia, pero con la particularidad de que su relato no funciona como una obra cerrada sino como una propuesta de sentido. A partir de su trama es posible llevar a cabo múltiples recorridos que exigen sacar el cine del propio cine y acercarlo a las obras de arte de su contemporaneidad.

David Lynch durante el rodaje de Inland Empire

David Lynch durante el rodaje de Inland Empire

La impotencia crítica generada en torno a Inland Empire puede hacerse también efectiva ante la última película de Pedro Costa, Juventude em marcha, otra gran obra radical. A diferencia de Lynch, Pedro Costa no es un director de culto para los cinéfilos posmodernos que aún sueñan con el paraíso perdido del cine de género, ni es un director complaciente con las estéticas dominantes. Desde O sangue (1989) se ha configurado como un cineasta de la pobreza, como un autor que penetra en el miserabilismo para dignificarlo y llevar a cabo un retrato provocador para el bienpensante gusto pequeño-burgués. Costa no se apiada de sus personajes, ni los juzga, los muestra en su mundo con sus vicios y sus virtudes. Su objetivo no es otro que el de dar visibilidad a aquello que el propio cine ha condenado a la invisibilidad. Juventude em marcha se afirma como una película extrema en la que su estética de la pobreza se estiliza mediante una serie de imágenes digitales que le confieren una extraña belleza. El radicalismo de Juventude em marcha exige que, más allá de la fascinación y de la inquietud, exista una reflexión sobre su propuesta. ¿Qué es lo que convierte Juventude em marcha en una película excepcional? ¿Qué perspectivas anuncia dentro de las llamadas mutaciones de la imagen cinematográfica?

Hace unos años, cuando algunos cineastas descubrieron la ligereza de las cámaras digitales, el debate sobre la relación entre el cine y la realidad volvió a adquirir una extraña vigencia. Mientras los diseñadores de blockbusters utilizaban el adjetivo realista para definir las posibilidades de la imagen digital para dar forma a los excesos de la imaginación, algunos cineastas comprendieron que la ligereza también minimizaba la dictadura del dispositivo. Tal como afirma Abbas Kiarostami en su clase magistral titulada 10 on Ten (2004) las pequeñas cámaras de mini-DV pueden acercarse a la visión del ojo humano y reducir todo artificio. La cámara puede atrapar con más ligereza la verdad revelada. Gracias a esta premisa, el cine de finales de los noventa no tardó en convertirse en un cine de la ligereza que buscaba una quimérica verdad. La cámara no se limitó a contemplar con impasibilidad el mundo, sino que decidió penetrar en su interior. Desde el artificioso movimiento Dogma 95 hasta las nuevas formas del documental contemporáneo, las cámaras no pararon de moverse a la búsqueda de una verdad revelada que estaba en lo íntimo, en la fiscidad de los cuerpos o los mundos invisibles.

En los últimos años, la estética digital ha experimentado un notable cambio. Los cineastas más interesantes que filman con cámaras digitales, desde Michael Mann hasta David Lynch o de Albert Serra hasta Pedro Costa, lo hacen desde la distancia con la cámara fija. Evitan el movimiento y buscan una nueva estética basada en las texturas de la propia imagen digital. En la historia del Arte se considera que a partir de Cézanne se llevó a cabo un interesante giro desde el contenido de la obra hasta su propio continente, revalorizando el valor de la materia pictórica frente a la forma. En el mundo de la imagen digital se ha llevado a cabo una operación semejante. Los planos estáticos de Pedro Costa buscan los flujos internos de la imagen informática, a partir de contraluces, contrastes bruscos y juegos formales. Costa anula el movimiento de los cuerpos para establecer un distanciamiento que rompe con la fisicicidad de las cámaras móviles y potencia la abstracción. Los cuerpos se transforman en volúmenes. La frialdad digital se opone a la alta temperatura de la imagen fotoquímica y acaba adquiriendo un aire fantasma tico.

Fotograma de En el cuarto de Vanda

Fotograma de En el cuarto de Vanda (2000)

Para comprender la dimensión del cambio que Juventude em marcha opera en el interior de la filmografía de Pedro Costa es preciso partir de No quarto da Vanda, rodada en el año 2000. La película puede considerarse como un claro precedente temático y referencial de Juventude em marcha, pero también como su obra más antagónica. No quarto da Vanda es sobretodo un trabajo de disección de las formas de vida del barrio lisboeta de Fontanhias, una zona de gran pobreza que fue amenazada de una muerte lenta por los planes urbanísticos. Las casas empezaron a ser derruidas mientras se ofrecía a los habitantes la posibilidad de trasladarse a pisos de protección oficial. Costa partió de unos parámetros cercanos al documental para proponer desde la ficción el retrato de una mujer, Vanda, adicta a la heroína, que malvive en unos interiores lúgubres y pasa las largas horas ociosas intentando imaginar destinos imposibles. La imagen digital sirvió a Costa para seguir el proceso de degradación del barrio y para capturar los pequeños momentos de la existencia cotidiana de la chica. No quarto da Vanda, que con los años acabó afianzándose como un precedente radical de En construcción (2001) de José Luis Guerin, cerró un ciclo que Pedro Costa inició con Casa de Lava y Ossos. Todas estas obras estaban orientadas a crear una estética realista del miserabilísimo, construida sin efectismos, sin falsas coartadas y con una clara voluntad de implicación. No obstante, la gran revolución operada por el cineasta en No quarto da Vanda consistió en el modo como la cámara digital le permitió trabajar el tiempo. El rodaje no se desarrolló en un tiempo cerrado, configurado como un tiempo de ficción marcado por los parámetros de producción. Tal como señaló Víctor Erice en un coloquio en torno El sol del membrillo, una de las grandes revoluciones del cine digital ha consistido en permitir que pueda rodarse una película durante un amplio periodo de tiempo, capturando el paso de las estaciones y las transformaciones del mundo físico. Del mismo modo que los pintores impresionistas rompieron con los límites del encargo, para capturar los flujos del tiempo, los cineastas empezaron a preocuparse por capturar el tiempo que pasa sin tener que reducirlo a las cinco semanas de rodaje estipuladas por un contrato de producción. Pedro Costa observó durante una serie de años el proceso de transformación del barrio y la degradación de la existencia de Vanda.

Finalizado el rodaje de No quarto da Vanda, Pedro Costa recibió el encargo de rodar un capítulo de la serie Cinéastes de nôtre temps dedicado a Jean-Marie Straub y Danièle Huillet. El capítulo mostraba las pequeñas discusiones de la pareja ante una moviola mientras llevaban a cabo el montaje de la tercera versión de Sicilia!, su impresionante trabajo sobre textos de Elio Vittorini. La mirada atenta de Costa hacia el trabajo minucioso de los cineastas cambió su percepción del cine. Costa se encontró frente a los dos formalistas más grandes y singulares de la historia del cine, por lo que empezó a preocuparse por el modo como los volúmenes, las líneas y las masas configuran una estética cerrada del plano o por la forma como la incorporación de un sonido determinado propone un cambio de sentido. Costa convirtió su encargo televisivo en el largometraje Ou gît votre sourrire enfoui? que junto con A.K. de Chris Marker son los únicos making off que se han realizado a conciencia. El contacto con los Straub radicalizó la mirada de Costa y transformó su concepción de la puesta en escena en un trabajo más férreo. El cineasta portugués vislumbró una nueva idea del plano, entendido como contenedor de un universo figurativo desde el que se revela todo un mundo posible. Los Straub también hicieron comprender a Costa, la importancia que posee el acto de captura del flujo de las palabras. Costa se convirtió en un cineasta más brechtiano, pero no lo hizo de forma mimética respecto a los Straub sino a partir de una voz propia y original.

Juventude em marcha no parte de ningún pretexto narrativo, ni de ningún deseo de captura de los procesos que permiten una transformación temporal, sino de un claro deseo por articular una serie de situaciones que permitan la estilización de lo real hasta convertirlo en imagen. El miserabilismo y la estética de la pobreza propios del cine de Costa se transfiguran en un espacio pictórico que rechaza toda inscripción naturalista. La imagen sufre un proceso de transformación que acaba desembocando en la búsqueda de lo que podríamos llamar como imagen esencial.

Ventura: silueta errante en Juventud en marcha (2006)

Ventura: silueta errante en Juventud en marcha (2006)

Ventura, el protagonista de Juventude em marcha, es un personaje que surge de Ossos transita por el barrio de Farinho y por los inmuebles de protección oficial de Casal Boba a la búsqueda de los hijos –reales e imaginarios- que ha perdido a lo largo de su vida. En la primera escena de la película vemos a una mujer que lanza los muebles por la ventana y surge como un espectro amenazante con un cuchillo en su mano. Ella ha hechado de casa a su marido –Ventura- y le ha apuñalado. El hombre, que unos años antes abandonó su mundo en Cabo Verde, quiere conquistar alguna cosa que perdió de forma irremediable. Al igual que en L’intrus de Claire Denis o Broken Flowers de Jim Jarmursh del interior de las imágenes de Juventude em marcha surge un tema clave del cine actual: el deseo de recuperar los hijos pródigos, la voluntad de crear a partir de una relación paterna-filial, un substitutivo al mal vivir del tiempo presente.

Juventude em marcha puede ser definida como la crónica de una errancia. No obstante, el tránsito que el personaje de Ventura lleva a cabo por los barrios de Lisboa no se lleva a cabo a partir del movimiento físico, sino a partir de una serie de encuentros estáticos. Ventura se configura como si fuera un revenant que visita a los suyos y alza su silueta fantasmagórica en medio de una serie de estancias vacías. La cámara filma de forma estática cada uno de los encuentros.

En la ultima película de Jean Marie Straub y Danièle Huillet, Quel loro incontro, los cineastas filman los cuerpos de unos actores no profesionales que recitan un texto de Cesare Pavese que gira en torno a las fronteras que separan el mundo de los dioses del de los humanos. Los Straub filman las situaciones como si fueran duetos, en los que los actores que recitan adoptan una postura determinada, atorgando a los cuerpos la condición de formas estáticas que configuran la composición estética del plano. Entre el modo como los Straub filma a sus actores amateurs y el modo como lo hace Pedro Costa existe un claro paralelismo. Los cuerpos inmóviles crean una determinada gravedad en el espacio, mientras sus voces resuenan relatando historias, articulando deseos imposibles o repitiendo continuamente el texto memorizado de una carta de amor enviada a Cabo Verde. Entre los encuentros que lleva a cabo el personaje de Ventura se producen diferentes cruces con algunos personajes de sus otras películas, entre los que se encuentra Vanda, a quien encontramos junto a su hija pequeña. Costa filma a un grupo de seres que viven al margen del tiempo histórico, atrapados en su propia pobreza. Los actores que participan en la película no representan su vida, la recitan. Costa apuesta por el formalismo, convirtiendo el recitado en la exploración de los sistemas de distanciamiento brechtiano. El resultado final es realmente sorprendente. A partir del artificio no cesa de revelarse la compleja verdad de un mundo concreto.

29/9 – CHRIS MARKER en CINÉFILO

29 septiembre 2009

21 HS. – CINÉFILO – BV. SAN JUAN 1020 CASI ESQUINA MARIANO MORENO, CÓRDOBA CAPITAL

Chris Marker: La lupa cinecartográfica

Le tombeau d'Alexandre

El último bolchevique, de Chris Marker (Francia, 1992, 120 min.).

Diálogos coordinados por Alexis Cabrolié.


Si deseamos ser capaces de juzgar competentemente,

como por supuesto debemos,

necesitamos llegar a ser también capaces de ver competentemente.

Clifford Geertz, Los usos de la diversidad.

Transitar buena parte del siglo XX en la historia de Rusia puede resultar problemático. Un tanto más si los acontecimientos, hechos, sucesos -el panóptico “las cosas que allí ocurrieron”- incluyen la revolución de 1917, la guerra civil, las purgas de la década del 30´, la segunda guerra mundial, un vistazo a la perestroika, y un olvido (consciente o no; hay cosas que pueden dejarse de lado, ¿no es cierto, Cris?) de los años de la guerra fría. Y un tanto más aún si se lo hace por medio, a través, alrededor, de la figura de un cineasta que hasta no hace mucho tiempo atrás era desconocido por los estudiantes de cine de su país, y por supuesto absolutamente desconocido por estos lares, un tanto más al Sur. El “complot” que Marker sugiere para que esto ocurriera (críticos y estudiantes de cine, historiadores, entusiastas en general) sigue su curso hasta nuestros días; hay muchos más involucrados complotándose para que la historia nos hable a través de las imágenes, que aquellos que apuestan por el olvido, la sabia ignorancia, o las creencias salvíficas depuratorias.

Estructurado a partir de una correspondencia imaginaria (la de Marker hacia el propio Medvedkin), punteado por fechas históricas más o menos reconocibles (1917,1922,1930,1945; los años importan aquí, y mucho) y dividido por dos momentos (El reino de las sombras y Las sombras del reino) cuya dialéctica traspasa imaginativamente todo el film, El último bolchevique –por ponerlo en términos cinéticos, y no sólo literalmente- conmueve.

Es mucho arte -y por lo tanto mucha génesis, mucho dolor, mucha crueldad y mucha emoción- lo que hay en la épica de Marker. No sólo los rutilantes nombres de Eisenstein, Vertov, Karmen, Babel, Gorki, Meyerhold, Evreinov, Tolchen (uno de los cámara del Cine-Ojo) Medvedkin…sino también -y por sobre toda otra consideración como para no obliterar la idea de que esto es cine- muchas imágenes: entrecruzándose, superponiéndose, discurriendo paralelamente.

Imágenes explicando imágenes, explicando historias, explicando (parte de) la Historia. El fantástico y fantasmagórico (nunca se mostró nada de lo filmado allí) tren-cine de Medvedkin, colectando asambleas de campesinos, pueblos mineros, Koljós, mujiks, rostros tiznados, hacinamiento, esperanzas revolucionarias, desesperanzas revolucionarias, plasmado ficcionalmente en la película más emblemática, juguetona, satírica y transgresora de Medvedkin: La felicidad. Título emblemático-si los hay-al igual que el título aún más emblemático del film de Marker.

Es mucha política también -y por lo tanto mucha traición, mucho maquiavelismo, demasiado dolor, y demasiada crueldad- en la contra-épica de Marker. No sólo en los inquietantes nombres de los Romanov, Stalin, Lenin, Vychiniski (el encargado de los juicios a los “disidentes”, la contrapartida de los “otros” juicios llevados adelante por Friesler en la Alemania nazi), de Pyryev (el cineasta oficioso-oficialista del régimen; al parecer en todos los hay) y en todos los anónimos burócratas weberianos de cualquier sistema, sino también en sus discursos, sus fotos, sus películas, en los testimonios de aquellos que sobrevivieron, que aún sobreviven.

Y otra vez el montaje paralelo, acelerado, las imágenes ficcionales y documentales interpenetrándose, la dialéctica del ayer y del hoy, las certeras certezas de aquél y los incómodos interrogantes de éste, dialogando, enfrentándose, explicándose. Otra vez el cine.

Ciertamente puede resultar problemático -y un tanto peligroso también- hundirse de lleno en el pasado, buceando entre los recuerdos propios y ajenos, descubriendo fotogramas, insertándose en el devenir de la vida pública de un colega ¿compañero? de ruta, conmoviéndose por esos ancianos pletóricos de entusiasmo, de lirismo-pero también de contradicciones-,fósiles de una época ya extinguida. Pero como el mismo Marker lo señala en el último plano medvedkiano del film: a los dinosaurios “los niños los adoran”.

Si aprendemos a ver “competentemente”-como el niño Marker seguramente ha aprendido-no sólo podremos “juzgar competentemente”; podremos también empezar a querer aquellas películas, que es también-y por sobre todas las cosas-empezar a querer, y creer, en este cine. Aunque los parques jurásicos se hayan puesto de moda, hay dinosaurios que parecen ser más adorables que otros.

Fernando Pujato

Este texto apareció publicado en el Dossier preparado especialmente por Cinéfilo y Cineclub La Quimera para el ciclo dedicado a Chris Marker.

Semana del 28/09 al 4/10 en Cineclubes de Córdoba

29 septiembre 2009

Ángel Quintana nos cedió amablemente un ensayo sobre el cine de Pedro Costa. Se trata de una necesaria reflexión sobre la relación entre tecnologías digitales y nuevas estéticas que sirve para pensar el cine de Costa junto con la retrospectiva de sus películas que lleva en marcha La Noche del Cazador. Los invitamos a leer el texto aquí.

PROGRAMACIÓN SEMANAL DE CINECLUBES DE CÓRDOBA

MARTES 29/9

CINÉFILO – Chris Marker: La lupa cinecartográfica
21 hs. – El último bolchevique, de Chris Marker (Francia, 1992, 120 min.).

MIÉRCOLES 30/9

CINECLUB CON LOS OJOS ABIERTOS en La CumbreDreyer en foco
20.30 hs. – Gertrud , de Carl Dreyer (Dinamarca, 1964, 116 min.). Cortometraje previo: Biermann-Film, de Alexander Kluge (Alemania, 1983).

VIDEOTECA DEL MIRADOR – Ciclo: Algunas notables (y vigentes) de terror
21 hs. – En la boca del miedo, de John Carpenter (Estados Unidos, 1995, 95 min.).

JUEVES 1/10

CINECLUB LA QUIMERA Chris Marker: La lupa cinecartográfica
20.30 hs.
La felicidad, de Aleksandr Ivánovich Medvekin (URSS, 1934, 64 min.). Cortos previos: El tren en marcha, de Chris Marker (Francia, 1971, 17 min.).

CINECLUB QUIRINO CRISTIANI en Unquillo – Ciclo: «Ciudades»
21 hs. – Del tiempo y la ciudad, de Terence Davies (Reino Unido, 2008, 72 min.).

VIERNES 2/10

CINECLUB LA NOCHE DEL CAZADOR Ciclo: «Vote por Pedro (Costa)»
21.30 hs. – En el cuarto de Vanda, de Pedro Costa (Portugal, 1997, 170 min.).

SÁBADO 3/10

CINECLUB PASIÓN DE LOS FUERTES – Retrospectiva Friedrich Wilhelm Murnau
18:30 hs. – Nosferatu, de Friedrich Wilhelm Murnau (Alemania, 1922, 90 min.).

CINÉFILOCiclo: Erótico III
21 hs. – Los pornógrafos,
de Shoei Imamura (Japón, 1966, 128 min.).

DOMINGO 4/10

CINECLUB CON LOS OJOS ABIERTOS en Villa Giardino.
20 hs. – Lake Tahoe, de Fernando Eimbkce (México, 2008, 85 min.). Corto previo: Wasp, de Andrea Arnold (Reino Unido, 2003).

CINÉFILO – Cine Contemporáneo Argentino. Segunda parte: «La realidad de la representación»
20.30 hs. – M, de Nicolás Prividera (Argentina, 2007, 140 min.).

CINECLUB LA LINTERNA MÁGICA – Fábricas de cine
21 hs. – Trabajadores saliendo de la fábrica, de Harun Farocki (Alemania, 1995, 36 min.).

Invitación para el 29/9: Estreno de PRODIGIO, de Marcos Rostagno y Gabriela Trettel

28 septiembre 2009

Prodigio

27/9 – CINECLUB COLISEO en Bell Ville

27 septiembre 2009

19.30 HS. – SALÓN WALTER DE NAVAZIO, BELL VILLE

Ciclo Nadie es ferpecto, dedicado a Alex de la Iglesia.

The Oxford murders

Los crímenes de Oxford, de Alex de la Iglesia (España/Reino Unido, 2007, 110 min.)

27/9 – CON LOS OJOS ABIERTOS en Villa Giardino

27 septiembre 2009

VILLA GIARDINO: SALA TEATRO VILLA GIARDINO

27 de septiembre, a las 20.00hs:

El sur (Erice)

El Sur, de Víctor Erice, España, 1983

95’/ ATP

Cortometraje: La constelación Bartleby, de Andrés Duque, España, 2007

El segundo largometraje de Víctor Erice, basado en una historia de Adelaida García Morales, parece insistir en las obsesiones cautivantes de su ópera prima, la maravillosa El espíritu de la colmena (1973): las consecuencias de la Guerra Civil Española, el hechizo mágico que las películas pueden tener sobre la niñez, y la preocupación de una pequeña niña por su padre y su pasado. Este sutil y fascinante film termina abruptamente, debido a un problema de presupuesto, según se ha informado, pero sin duda conforma una totalidad perfecta tal como está: un cuento melancólico bajo la atmósfera poética de una historia de Faulkner sobre una intensa relación padre-hijo y un pasado misterioso y vivo. El crítico inglés Tim Pulleine ha señalado que la referencia a La sombra de la duda, de Hitchcock, está relacionada con un sistema de duplicación que subyace en la estructura del film, tanto en el tipo de tomas y secuencias como en sus temas (el Norte y el Sur, el padre y la hija, lo real y lo imaginario). (Jonathan Rosenbaum)

27/9 – CINE ARGENTINO en CINÉFILO

27 septiembre 2009

CAMBIO DE HORARIO: 20.30 HS. – CINÉFILO BAR – BV. SAN JUAN 1020 (casi esquina Mariano Moreno) – CÓRDOBA CAPITAL

CINE CONTEMPORÁNEO ARGENTINO. Recorridos.

Segunda parte: La realidad de la representación

Los rubios 3

Los rubios, de Albertina Carri (Argentina, 2003, 90 min.).

Hacer una película sobre el pasado (en este caso la dictadura militar del 76) conlleva la tarea de recurrir a la memoria como herramienta para reconstruir, revivir y cargar de sentidos un tiempo preterito.

La memoria es una función cerebral a través de la cual el ser humano puede retener experiencias pasadas. La memoria también es el mecanismo a través del cual se construyen verdades sobre el pasado que aceptadas colectivamente, sirven como bases para continuar el proceso de construcción de una identidad social (algo más que la suma de muchas identidades individuales). Podemos pensar entonces a la memoria como la función o el mecanismo o las bases para la formación de la identidad social o colectiva.

Sobre estas bases suelen trabajar la mayoría de las películas que tiene como materia (directa o indirectamente) a la dictadura militar del 76. Son películas que se valen de la memoria (entrevistas a sobrevivientes, fotografías[1], videos de archivo) propia o ajena para dilucidar, destapar, darnos a conocer, iluminar. Objetivos que persiguen un solo fín: ajustar cuentas con la brutal injusticia cometida a las víctimas de la dictadura.

Secretamente, en el fondo de estas películas hay una intención de tranquilizar al espectador: mostrar y contar como fueron las cosas, para recuperar la seguridad calma del entender, del saber.

Y aquí, en este punto, es en donde llegan Los Rubios con sus postizos lacios y ruludos a dinamitar todo lo que antes se venía haciendo (no solo a través del cine) con la memoria de ese momento.

El primer punto de quiebre presente está en la concepción misma de la memoria: lejos de ser tomada como el reservorio de la información que iluminara un pasado sombrío, es entendida como una incapacidad, como un mecanismo dudoso, impreciso, vulnerable a los estragos del tiempo. No obstante, la película, lejos de rechazarla por su condición, la toma como modelo formal para construir el relato mismo. Los Rubios toma lo fragmentado de la memoria, lo inconexo, lo expresivo, lo indirecto, para dar con todos esos materiales una idea: no la del vivir en un pasado oscuro, sino la del sentir en un presente esclavizado por ese pasado irreconciliable. Albertina Carri, hace la película para poder exorcizar los fantasmas de un pasado que no le permiten construir su propia identidad. Un hijo o hija de desaparecidos va a ser siempre, antes que nada, el hijo o hija de.

El otro punto de quiebre de la película está relacionado con los materiales y las formas. Los Rubios toma el género documental, lo desarma en mil partes y lo vuelve a armar de una forma totalmente distinta. Hay pura originalidad en cada uno de sus elementos: la explicitación de la permanente construcción de la obra, el empleo de juguetes para poetizar y politizar un suceso, el desdoblamiento de la protagonista a través de una actriz para tomar distancia de la propia experiencia, la decisión consciente de desestimar el testimonio de los sobrevivientes[2].

Esta serie de decisiones guardan en su génesis dos ideas esenciales sobre el cine: que es un medio libertario, que lejos de limitarnos a formas preestablecidas, nos da la autonomía de crear un mundo propio y poder compartirlo con otros; y que, lejos de intentar tranquilizarnos, adormecernos, aletargarnos, es un medio para nutrir incertezas, para activar la capacidad de cuestionamiento, para alimentar un pensamiento reflexivo y autocrítico.

El cine debe ser (como lo es Los Rubios) una piedra en el zapato que nos impida caminar tranquilos por la vereda de las certezas.


[1] Una fotografía puede  entenderse como la materialización visual de un recuerdo del fotógrafo.

[2] Como dije anteriormente, Carri hace la película para poder cerrar un capítulo de su propia historia. No trata de eternizar gloriosamente la actividad política de otra generación.

por Ramiro Sonzini

27/9 – CINECLUB LA LINTERNA MÁGICA en Río Ceballos

27 septiembre 2009

21 HS. – CENTRO CULTURAL COOPERATIVO CASA AZUL – SALTA 55 A METROS DE LA TERMINAL RÍO CEBALLOS

Ciclo Fábricas de Cine

Metropolis

Metrópolis, de Fritz Lang (Alemania, 1926, 123 min.).

26/9 – HAWKS en PASIÓN DE LOS FUERTES

26 septiembre 2009

18:30 HS. – CINECLUB MUNICIPAL HUGO DEL CARRIL – BV. SAN JUAN 49, CÓRDOBA CAPITAL

Ciclo Howard Hawks (2da parte)

Monkey business

Vitaminas para el amor, de Howard Hawks (Estados Unidos, 1952, 97 min.).

Un brillante químico -Cary Grant- inventa una fórmula para conseguir una bebida que impide envejecer, pero algo más de lo que se proponía cuando un chimpancé lo vierte en el depósito de agua potable. Los resultados son divertidísimos para el químico, que se convierte en adolescente, para su mujer -Ginger Rogers-, que comienza a tener un comportamiento infantil, y para su «sexy» secretaria -Marilyn Monroe-.

Presentación a cargo de Alejandro Cozza.

26/9 – EROTICO III en CINÉFILO

26 septiembre 2009

21 HS. – CINÉFILO BAR – BV. SAN JUAN 1020 CASI ESQUINA MARIANO MORENO, CÓRDOBA CAPITAL.

Ciclo Erótico III

The brown bunny

The brown bunny, de Vincent Gallo (Estados Unidos/Japón/Francia, 2003, 119 min.).

Esta es la historia de la trágica pérdida del mayor amor que hubo en la vida de un hombre. Bud Clay (Vincent Gallo) se dedica a correr en motocicleta y emprende un viaje de cinco días hasta California, donde tiene la siguiente carrera. Cada día, a Bud le asaltan los recuerdos de la última vez que vió a la mujer de su vida. Él desea que esos recuerdos desaparezcan por lo que durante el viaje tiene encuentros con diversas mujeres. Busca un nuevo amor que le haga olvidar a Daisy (Chloë Sevigny). Pero Bud no puede sustituir a Daisy, a pesar de que cada día lo intenta.

La programación restante del ciclo aquí.

25/9 – CINECLUB 9 REINAS en Córdoba Capital

25 septiembre 2009

19:30 Hs. – CASA DE LOS DERECHOS HUMANOS – SANTA FE 11

Viento Sur: Historias de un continente

La buena vida

La buena vida, de Andrés Wood (Chile, 2009, 108 min.)

Más información sobre el Cineclub 9 Reinas aquí.

25/9 – PEDRO COSTA en LA NOCHE DEL CAZADOR

25 septiembre 2009

21.30 HS. – CINÉFILO – BV. SAN JUAN 1020, CASI ESQUINA MARIANO MORENO

Ciclo Vote por Pedro (Costa)

Ossos 1

Huesos (Ossos), de Pedro Costa (Portugal, 1997, 94 min.).

La tercera película de Pedro Costa es un riguroso acercamiento al costado marginal de Lisboa y una transición entre sus películas filmadas de manera tradicional, con un gran equipo en 35mm y sus películas rodadas en digital. Tina acaba de ser madre, pero parece importarle poco y acomete varios intentos de suicidio, Clotilde (Vanda Duarte, protagonista de la siguiente película de P. Costa) es su amiga y también una figura materna que intenta protegerla, el padre se hace cargo del niño pero no sabe que hacer con el, una solitaria enfermera tratara de ayudarlo. Hay dos personajes mas que aparecen el film : el ominoso Barrio Fontaihas, donde viven los personajes marginales interpretados por actores no profesionales, estos trabajan como domesticas o deambulan por lugares céntricos de la capital portuguesa la mayoría de las veces filmada(en gran contraplano de Fontaihas)como un lugar luminoso y de gran movimiento. La enfermera, una prostituta (Inés de Medeiros en su última aparición en una película de Costa), son personajes que no habitan Fontaihas interpretados por  actores profesionales. Otro personaje es la droga, pero con la particularidad de que queda completamente fuera de campo, la mayoría de los personajes son junkies pero solo lo sabremos por indicios, palabra clave en la puesta en escena construida por mayoría de ascéticos planos fijos (a lo Robert Bresson), que parecen repetirse y sin música amén de un par de canciones. Cuando se habla de películas de transición, en la mayoría de los casos es para señalar una búsqueda del director de nuevas formas, ejercicios interesantes pero no grandes películas. Huesos es una película de transición, marca el comienzo de la llamada trilogía de Fontaihas,  y es un gran film.

José Fuentes Navarro (La Noche del Cazador)

24/9 – CINECLUB LA QUIMERA en LA LUNA

24 septiembre 2009

20.30 HS. – TEATRO LA LUNA – PASAJE ESCUTTI 915 ESQUINA FRUCTUOSO RIVERA, CÓRDOBA CAPITAL

Esta noche, una velada completita en La Quimera que va de Friedrich, Carri, Genet y Zwartjes hasta la música del dúo cordobés Armónicos Lunares. Todo acompañado de una cantina de primavera con comidas caseras.

El placer de ser – Ciclo de temática homo

Hide and seek 2

Jugando a las escondidas, de Su Friedrich (Estados Unidos, 1995, 65 min.).

Cortos previos: Barbie también puede estar triste, de Albertina Carri (Argentina, 2001, 24 min.) y Un canto de amor, de Jean Genet (Francia, 1950, 25 min.).

Posdata: Visual training, de Frans Zwartjes (Holanda, 1969, 8 min.).

+ Cantina de primavera

+ Recital de Armónicos Lunares.

Entrada libre / Contribución voluntaria

Más información en el blog de Cineclub La Quimera.

24/9 – CINECLUB QUIRINO CRISTIANI en UNQUILLO

24 septiembre 2009

21 HS. – CINE TEATRO MUNICIPAL RIVADAVIA, ESPACIO INCAA KM. 725 – AV. SAN MARTÍN 1505, UNQUILLO

Ciclo Ciudades

Intervista

Entrevista, de Federico Fellini (Italia, 1987, 102 min.).

La programación restante del ciclo aquí.

23/9 – CINECLUB CON LOS OJOS ABIERTOS en LA CUMBRE

23 septiembre 2009

LA CUMBRE.: SALA LUIS BERTI, BELGRANO 470

23 de septiembre, a las 20.30hs:

Old joy

La vieja alegría , de Kelly Reichardt (EE.UU, 2006, 76 min.)

76’ / +13

Cortometraje: Cómo construir un barco, de Susana Barriga (Cuba, 2007)

Esta delicada meditación sobre la amistad, el destino de los hijos de la generación Power Flower y la irreversibilidad del tiempo consiste en una especie de road movie naturalista que por momentos puede confundirse con una versión neohippie de Secreto en la montaña (o también, como irónicamente lo expresara el crítico Scott Foundas, con una especie de Entre copas en donde la granola va en reemplazo del vino). Como sea, se trata del reencuentro de dos amigos (uno casado y aparentemente feliz, el otro soltero y psíquicamente desequilibrado) y del viaje que emprenden por los bosques de Oregon. La sensibilidad de Reichardt se expresa en la puesta en escena: los sonidos de la naturaleza y los planos abiertos se van imponiendo sobre el universo cerrado de sus personajes. Los últimos 20 minutos funcionan como una relajación integral tanto para los dos amigos como para quienes son testigos de este ejercicio afectivo por el que dos almas alguna vez cercanas van reconstituyendo aquello que las unía. Pocas películas indagan sobre la amistad de los hombres y entre hombres. La vieja alegría no solamente deja constancia acerca de un tipo de vínculo masculino desmarcado de la seducción y de la represión sexual, sino que en su tono intimista asoma y se percibe el ruido de la Historia y las decepciones de pretéritos proyectos utópicos diluidos en un sospechoso bienestar del mero presente. Los últimos minutos del film condesan el desamparo de una generación. Son planos tan tristes como necesarios. (Roger Koza)

23/9 – VIDEOTECA DEL MIRADOR en CINÉFILO

23 septiembre 2009

21 HS. – CINÉFILO – BV. SAN JUAN 1020, CASI ESQUINA MARIANO MORENO, CÓRDOBA CAPITAL

Ciclo: Algunas notables (y vigentes) de terror: Hay que tener miedo…de perdérselas

The shining

El resplandor, de Stanley Kubrick (Reino Unido/Estados Unidos, 1980, 146 min.)

22/9 – CHRIS MARKER en CINÉFILO

22 septiembre 2009

21 HS. – CINÉFILO – BV. SAN JUAN 1020 CASI ESQUINA MARIANO MORENO, CÓRDOBA CAPITAL

Chris Marker: La lupa cinecartográfica

La jetee 1

La jetée, de Chris Marker (Francia, 1962, 28 min.). Los gatos colgados, de Chris Marker (Francia, 2004, 59 min.).

Diálogos coordinados por Alexis Cabrolié.

Semana del 21/09 al 27/09 en Cineclubes de Córdoba

21 septiembre 2009

PROGRAMACIÓN SEMANAL DE CINECLUBES DE CÓRDOBA

MARTES 22/9

CINÉFILOChris Marker: La lupa cinecartográfica
21 hs. – La jetée, de Chris Marker (Francia, 1962, 28 min.). Los gatos colgados, de Chris Marker (Francia, 2004, 59 min.).

MIERCOLES 23/9

CINECLUB CON LOS OJOS ABIERTOS en La Cumbre
20.30 hs. – La vieja alegría , de Kelly Reichardt (EE.UU, 2006, 76 min.). Cortometraje previo: Cómo construir un barco, de Susana Barriga (Cuba, 2007).

VIDEOTECA DEL MIRADOR – Ciclo: Algunas notables (y vigentes) de terror
21 hs.El resplandor, de Stanley Kubrick (Reino Unido/Estados Unidos, 1980, 146 min.).

JUEVES 24/9

CINECLUB LA QUIMERA – Ciclo: “El placer de ser”
20.30 hs.
Jugando a las escondidas, de Su Friedrich (Estados Unidos, 1995, 65 min.). Cortos previos: Barbie también puede estar triste, de Albertina Carri (Argentina, 2001, 24 min.) y Un canto de amor, de Jean Genet (Francia, 1950, 25 min.). Posdata: Visual training, de Frans Zwartjes (Holanda, 1969, 8 min.).

CINECLUB QUIRINO CRISTIANI en Unquillo – Ciclo: «Ciudades»
21 hs.Entrevista, de Federico Fellini (Italia, 1987, 102 min.).

VIERNES 25/9

CINECLUB 9 REINAS Ciclo: «Viento sur: Historias de un continente»
19:30 hs. – La buena vida, de Andrés Wood (Chile, 2009, 108 min.)

CINECLUB LA NOCHE DEL CAZADOR Ciclo: «Vote por Pedro (Costa)»
21.30 hs. – Ossos, de Pedro Costa (Portugal, 1997, 94 min.).

SÁBADO 26/9

CINECLUB PASIÓN DE LOS FUERTES – Retrospectiva Howard Hawks
18:30 hs. – Vitaminas para el amor, de Howard Hawks (Estados Unidos, 1952, 97 min.).

CINÉFILOCiclo: Erótico III
21 hs. – The brown bunny,
de Vincent Gallo (Estados Unidos/Japón/Francia, 2003, 119 min.).

DOMINGO 27/9

CINECLUB COLISEO – Ciclo: «Nadie es ferpecto»
19.30 hs.
Los crímenes de Oxford, de Alex de la Iglesia (España/Reino Unido, 2007, 110 min.).

CINECLUB CON LOS OJOS ABIERTOS en Villa Giardino.
20 hs. – El Sur, de Victor Erice (España, 1983, 95 min.). Corto previo: La constelación Bartleby, de Andrés Duque (España, 2007).

CINÉFILO BAR – Cine Contemporáneo Argentino. Segunda parte: «La realidad de la representación»
20.30 hs. – Los rubios, de Albertina Carri (Argentina, 2003, 90 min.).

CINECLUB LA LINTERNA MÁGICA – Fábricas de cine
21 hs.Metrópolis, de Fritz Lang (Alemania, 1926, 123 min.).